Hoy os traigo un labial muy preciado para mí, no sólo porque lo conseguí un pelín antes de que desapareciera del mercado, sino porque... ¡sabe a chocolate! Porque no lo sabéis, pero soy una adicta al chocolate, y este labial tiene un regusto a chocolate buenísimo, tanto que más de una vez me he encontrado a mí misma lamiéndolo con disimulo. Y eso tiene una parte buena y una parte mala: empecemos por el lado negativo, y es que sabe tan bien que apenas dura puesto en los labios sin comértelo. A la par, hace que en cuanto lo sacas del bolso, con lo bien que huele, de repente a todo el mundo le apetezca probarlo. El hecho que sea un tarrito del que hay que ir cogiendo producto con el dedo hace que en mi tarro haya más huellas dactilares que en un capítulo de CSI. Y una vez se vaya acabando, no sé yo cómo me voy a arreglar para ir sacando lo que esté en el lado donde la tapa no se abre del todo.
La pena, ya os he dicho, es que ya no se venden debido a que no tenían mucho éxito en la web americana de ELF y por lo tanto dejaron de hacerlos.
Una pequeña joyita para los amantes del chocolate que ojalá vuelva a ponerse a la venta en algún momento.
¡Un saludo del viento del Invierno!
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